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INICIATIVA INTERNACIONALISTA: “POR AHORA”

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Iniciativa Internacionalista: “por ahora” Ángeles Maestro

  Por Ahora”. Con estas palabras, Hugo Chávez reconocía, en 1992, y transmitía a sus compañeros de armas y a su pueblo, en los pocos segundos que se le concedieron en los medios de comunicación oficiales tras ser derrotado, que el objetivo de derrocar al gobierno corrupto del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez no se había conseguido. Lejos de ser un mensaje de derrota, ese “por ahora” se constituyó en mensaje de esperanza y propuesta de lucha. El pueblo de Venezuela lo reprodujo en pintadas en los barrios y pueblos, asumiéndolo como bandera de futuro, de organización y resistencia que se transformaría en realidad pocos años después.

  Iniciativa Internacionalista, si bien no ha obtenido un diputado en estas elecciones europeas, ha conseguido algo infinitamente más importante: ha abierto un camino, el único camino posible de los pueblos del Estado español para constituir el referente político de sus luchas. Ha sido identificada por el poder como el enemigo a batir, precisamente porque representa la ruptura con los pilares fundamentales en los que se asienta el poder del imperialismo español y de sus clases dominantes desde hace treinta años: una izquierda política y sindical sometida, junto a luchas obreras y movimientos sociales aislados, fragmentados y separados, cuando no enfrentados, con respecto a las izquierdas independentistas del Estado, sobre todo a la izquierda abertzale.

  Este proceso electoral ha estado marcado por la criminalización más brutal de II-SP coincidiendo con la ilegalización decretada por el Tribunal Supremo, a la que siguió una losa de aislamiento mediático tras la sentencia del Tribunal Constitucional cuando el insulto y la difamación no eran ya posibles. La ley del silencio sobre II-SP fue seguida con disciplina militar por todos los medios de comunicación estatales y locales. El enemigo estaba identificado y a él, desde el poder, ni agua.

ROTA LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO

  Aún en esas condiciones, se ha conseguido romper la estrategia central del Gobierno y de las clases dominantes a las que representa: aislar a la izquierda abertzale. Su objetivo ha sido desde la Transición, y lo es hoy, que la clase obrera y los pueblos del Estado español no consiguiéramos identificar como compañeros de lucha a quiénes, en las condiciones más duras imaginables, han conseguido articular la resistencia de su pueblo. Este objetivo es hoy aún más crucial para ellos, precisamente cuando la crisis económica golpea duramente a la clase obrera, cuando es imprescindible articular sujetos políticos independientes del poder y cuando la Soberanía Popular – con mayúsculas – se levanta como prioridad vital.

  Los 180.000 votos de Iniciativa Internacionalista son votos militantes, de clase y por la soberanía de los pueblos. Representan el tesoro de conciencia de quienes, desde diferentes opciones políticas e ideológicas han superado el miedo y han comprendido que el camino de la unidad es el único posible. Además, esas decenas de miles de voluntades se alzan sobre el potente pilar del ejemplo de la resistencia de Euskal-Herria por sus derechos como pueblo y sobre su potente movimiento obrero expresado en la huelga general del 21 de mayo.

  Los brillantes resultados de II-SP en la Comunidad Autónoma Vasca y en Nafarroa, con varias direcciones de Batsuna en la cárcel, con cientos de dirigentes de movimientos sociales de la izquierda abertzale condenados por delitos de opinión y torturados, con una presión policial feroz y tras una campaña relámpago, refleja la obcecada realidad frente a la que se estrellan todas las estrategias gubernamentales: en Euskal-Herria hay un pueblo dispuesto a resistir lo que haga falta y si bien los golpes de la represión se sienten, también fortalecen su conciencia.

  Los, al menos, 135.000 votos euskaldunes han destruido de un vigoroso manotazo el tablero político vasco diseñado por el gobierno y las clases dominantes españolas sobre la hipotética eliminación de la izquierda abertzale. Su lugar como tercera fuerza política en Nafarroa y a pocos votos de serlo también en la CAV, tras el hundimiento de la opción para sustituirla por Aralar, abren importantes perspectivas para un nuevo escenario político vasco que encare el imprescindible camino del diálogo y la democracia para la solución del conflicto vasco.

  Que II-SP es la creación soberana de sus componentes lo reconoce hasta el Tribunal Constitucional. Lo que sabemos nosotros es que, sin el ejemplo de lucha y de resistencia de la izquierda abertzale, en circunstancias de represión sin parangón en la UE, no hubiera sido posible Iniciativa Internacionalista. Su “Sí, se puede”, coherente, generoso y valiente, ha sido y será un pilar imprescindible de la reconstrucción de la izquierda. Ningún Rubalcaba nos va a impedir construir nuestras alianzas, ni saber desde donde reconstruimos nuestra identidad, nuestra memoria recuperada y nuestra fuerza como pueblos y como clase.

OTOÑO CALIENTE

  Inmediatamente después de las elecciones ha estallado la espléndida huelga de los trabajadores del metal de Galiza, la nueva huelga de TMB en Barcelona y las potentes marchas contra el paro convocadas por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, sucesor del Sindicato de Obreros del Campo (SOC). El otoño será, inevitablemente, caliente. Los tiempos que se avecinan, las dimensiones de la crisis capitalista y el anunciado pacto social, cuyas consecuencias demoledoras están cayendo sobre la clase obrera y las clases populares, exigen una respuesta política organizada y nos demandan construir ese referente.

  El aquí y ahora, nos demanda a cada una y cada uno de nosotros actuar en consecuencia. No vale la ciber-militancia. El valor de los medios de comunicación alternativos, de nuestras herramientas de información, depende de que exista una organización real. Hay que comprometerse, hay que militar, hay que constituirse como poder de clase y popular. Nuestra fuerza debe partir de cada empresa, de cada centro de trabajo, de cada asociación popular, de cada movimiento. La militancia organizada – en toda su pluralidad – debe erigirse en baluarte de poder popular encarnando, hoy más hoy más que nunca, la evidencia de que la lucha de clases y la lucha de los pueblos por su autodeterminación son dos ejes inseparables del mismo proyecto emancipatorio.

  Iniciativa Internacionalista como camino de unidad, como puerta abierta es el único camino posible para articular la fuerza de los pueblos y como germen del nuevo movimiento obrero imprescindible, de clase y combativo.

  Hoy, nuestro “por ahora”, es también un llamamiento urgente a la organización y a la lucha. La única esperanza real.