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Editorial

EL SAQUEO CORONADO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

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    La podredumbre del sistema político que actualizó al franquismo a partir del “consenso”, los Pactos de la Moncloa, una ley electoral leonina concebida para garantizar el bipartidismo, normas de funcionamiento parlamentario que permiten la mayor opacidad y la impunidad de los delincuentes, una constitución gestada clandestinamente, de espaldas al pueblo, y el recorte progresivo de todos los derechos laborales conseguidos a lo largo de duros años de lucha obrera, han propiciado las increíbles cotas de saqueo del juan_luis_cebrian_1.jpgpatrimonio público que estamos sufriendo. Más de la tercera parte de los 300.000 millones de euros que debe el Estado español se la han llevado aventureros inmobiliarios, políticos corruptos, la Iglesia, los mafiosos del fútbol y los integrantes de la Casa Real. Juan Carlos de Borbón lleva ya más tiempo en el trono que el asesino que le designó “sucesor a título de rey”.
  El sistema surgido de la venerada Transición está más podrido que nunca y se descompone a pasos agigantados. Un ejemplo de ello es el deterioro del diario EL PAÍS,  uno de los principales bastiones de este tinglado, montado en torno a la desinformación y a la falsificación de la Historia

LA CRISIS DE “EL PAÍS”

       Las vírgenes vestales ufanas defensoras de la “libertad de información” y del “periodismo de calidad” se enteran ahora de quién es “Janli”. La publicación de la falsa foto del presidente venezolano Hugo Chávez en el diario EL PAÍS ha dejado aún más al descubierto –si cabía- el verdadero rostro del intoxicador periódico que, junto a Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Santiago Carrillo y Felipe González diseñó la llamada Transición española del franquismo a esta “democracia”. Ha tenido que llegar la crisis financiera para que todo el entramado que montaron Juan Luis Cebrián y el magnate Jesús de Polanco se viniera abajo como un dios con los pies de barro, víctima también del saqueo de quienes lo dirigen.
    EL PAÍS formó parte del montaje intelectual armado en 1976 para mantener a salvo a la oligarquía española –empresarios, jueces, militares, policías, políticos…-  que habían sido agentes activos y beneficiarios de la dictadura franquista.
  Ahora, muchos de esos supuestos intelectuales “progresistas” que colaboraron asiduamente con EL PAÍS en hacer colar las bondades de la “modélica” Transición se rasgan las vestiduras cuando ven la rapacidad de “Janli” Cebrián, que se adjudica ingentes millones de euros cada año mientras despide, sin inmutarse, a la mitad de la plantilla. Entre ellos, muchos de los periodistas que provenían de la oposición al franquismo y aceptaron seguirle, como al flautista de Hamelín, a cambio de unos pesebres de oro.
Como uno de tantos ejemplos, recordamos el caso de la magistrada Manuela Carmena, antigua militante del PCE, que se indignó con los profesionales que integraron la redacción del imberbe diario “LIBERACIÓN”, aparecido en Madrid en 1984 y que apenas permaneció siete meses en los quioscos, porque “iban a quitarle lectores a EL PAÍS”. Tampoco se nos olvida la violencia verbal de algunos de los hoy todavía directivos del periódico cuando, hace ya casi treinta años, algunos de los periodistas que ahora colaboramos en EL OTRO PAÍS publicamos un cuaderno de investigación en el que se evidenciaba que el diario de la calle de Miguel Yuste –actualmente convertido, más que nunca, en un panfleto sionista- había sido un invento de Manuel Fraga y Juan Luis Cebrián en Londres, al que luego se apuntó el propietario de la editorial Santillana, Jesús de Polanco, quien apoyó el diseño neofranqujista de la Transición a cambio de convertirse en el “capo” del negocio de los libros de texto.

REDACTORES Y COLUMNISTAS A TOQUE DE CLARÍN

  Durante las últimas décadas, EL PAÍS y EL MUNDO, de Pedro J. Ramírez, han jugado, con el mismo esquema que el PPSOE, a controlar el mercado y a llevarse las más sustanciosas tajadas de la publicidad institucional, aparte de otros regalos públicos, como los cursos de formación, que les han dejaban pingües beneficios y multimillonarias subvenciones.
  También ahora algunos jueces y fiscales jubilados descubren que la justicia nunca dejó de ser franquista, que la policía siempre fue  “política”, o que al Rey lo puso Franco. Los periodistas ex comunistas, ex troskistas, ex anarquistas o antiguos militantes  del PTE que se vendieron a Cebrián por un plato de lentejas muy suculento, hoy se enteran por fin, cuando les tocan el bolsillo, de quien es Janli, que llegó al periodismo gracias a su padre, Vicente Cebrián, jefe supremo de la Prensa del Movimiento Nacional. Juan Luis Cebríán tuvo un periódico gracias a la gran banca franquista y ahora, cuando ya no le sirven, tira a la basura a sus serviles periodistas, después de que algunos han estado escribiendo para él a toque de clarín durante más de 35 años..

 


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