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La empresa de moda Prada acosa a Rina

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  Se enfrentó a sus jefes por el despido de 15 compañeras
   

   Rina Bovrisse era responsable de ventas de la empresa Prada en Japón. Cuando su jefe le ordenó despedir a varias empleadas porque eran “viejas, gordas, feas, asquerosas o no tenían el look Prada”, Rina protestó y fue despedida. Ahora, Prada ha demandado a esta madre y le reclama más de 500.000 euros por haber dañado la imagen de la compañía.
rina.jpg  Ante los casos que veían en la empresa, Rina y otras compañeras decidieron presentar una demanda contra Prada por discriminación en base a la apariencia y el acoso hacia sus empleadas mujeres. Pero en 2012, un juez de Tokio dijo que la discriminación practicada por Prada era “aceptable para una marca de moda de lujo”, y que una empleada con un salario alto tenía que estar preparada para resistir cierto nivel de acoso.
  Ahora Prada le reclama a Rina más de medio millón de euros por haber denunciado la discriminación en la compañía. Ya es malo que Prada discrimine, pero ¿demandar a la mujer que luchó contra esa discriminación? Esto es inaceptable.
  Prada Japón contrató a Rina en abril de 2009 como Senior Retail Operations Manager, responsable de supervisar a más de 500 empleados. Rina se trasladó a Japón con su hijo de dos años, muy emocionada por su nuevo trabajo.
  Nada más llegar Rina comenzó a observar evidencias de discriminación en el departamento de Recursos Humanos de Prada. Recuerda cómo el director general, Davide Sesia, ordenó el descenso de categoría y la transferencia de 15 empleadas mujeres (muchas de ellas grandes vendedoras) porque eran “viejas, gordas, feas, asquerosas o no tenían el look Prada”.         Cuando se pronunció en contra de esta injusticia, Rina fue criticada por su propia apariencia, se le ofreció un descenso a un puesto de categoría básica de ventas, y después se le pidió que presentara su dimisión.
  “Como mujer y como madre en Japón yo también he experimentado discriminación en mi trabajo por ser mujer. Es un grave problema en mi país, donde ninguna de las empresas más grandes está dirigida por una mujer. Rina se ha convertido en un símbolo de esta injusticia. Si permitimos que una compañía como Prada la acose con esta demanda, otras mujeres tendrán miedo de denunciar la discriminación a la que se ven sometidas”, afirma Ayako, una mujer japonesa que ha organizado una petición masiva a Prada para que deje de acosar a Rina, recogiendo ya más de 123.000 firmas.