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“Zapatero, no nos falles” - Nº 55

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    El PSOE no ha fallado, continúa haciendo el trabajo sucio a “los mercados”, ese ente abstracto al que hay que contentar a cualquier precio, cometiendo todo tipo de desmanes. Rodríguez Zapatero es, cada vez más, un títere en manos de los beneficiarios del gobierno mundial del gran capital. Y esos sí tienen nombres y apellidos: los propietarios de los bancos, las multinacionales, los laboratorios, las fabricas de armamento... De paso, la casta política también se beneficia económicamente del funcionamiento perverso del supuesto orden “democrático”.
A la hora de gozar de los privilegios que los “representantes de la soberanía nacional” se conceden a sí mismos, no hay diferencias entre individuos del PSOE y del PP. Si Leire Pajín disfruta de tres sueldos, Cospedal de cuatro. Y así todos. El saqueo de los Presupuestos Generales del Estado es cada vez más escandaloso. Dinero público para que los banqueros se repartan bonus multimillonarios de forma insultante y políticos con retiros fastuosos en las instituciones europeas o en los infinitos entes oficiales creados para amamantar eternamente su voracidad. En este caso, no hay problemas de edad de jubilación ni de acumulación de todos los complementos que se puedan trincar.
El ministro más incompetente tiene derecho a la pensión máxima de jubilación desde el momento que toma posesión de su cargo –ante el crucifijo, por supuesto, como la tránsfuga Aguilar- aunque ejerza durante un solo día. Trinidad Jiménez, la responsable de que se invirtiera una fortuna en vacunas que no servían para nada, después vapuleada en las primarias de su partido en Madrid, asciende a continuación a ministra de Asuntos Exteriores.
  Todo se entiende si recordamos que esta incontinente verbal fue miembro de la Comisión Trilateral y mantiene hilo directo con los amos norteamericanos, como queda claro en los famosos papeles de Wikileaks (documentos que EL PAÍS está intentando reciclar en arma de destrucción masiva contra Cuba y Venezuela). Pero lo de Jiménez no es una excepción, también acatan sus órdenes el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, y el Fiscal de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza, entre otros muchos cargos públicos de esta democracia ejemplar. ¡Independencia judicial!  ¡Soberanía nacional!
  Y los ciudadanos que se creen el tinglado, ¿qué? A esperar hasta las próximas elecciones, para mostrar una vez más su madurez democrática. Según todos los indicios, el PSOE se va a estrellar, después de haber tomado una medida tras otra contra las clases populares y a favor del poder financiero y la Iglesia. “No me mates con tomate, mátame con bacalao”, sugieren los que insisten en apoyar al político leonés ante la amenaza de la “derecha”. Muchos de ellos son los mismos que niegan con fe religiosa que Felipe González era el jefe de los GAL y que la tortura continúa siendo una práctica policial habitual.
  “¡Zapatero, no nos falles!”, le gritaban muchos ingenuos bienpensantes poco después de que ganase los comicios del 2004. E insistimos: no ha fallado. Una vez más, el PSOE ha asumido la tarea de desmantelar el sistema de derechos laborales y sociales que se había conseguido a lo largo de muchos años de lucha. Con el apoyo de los sindicatos mayoritarios, que ahora no tienen ni prestigio ni capacidad de movilización. Al PP le habría resultado más difícil manejar el rodillo.
  En enero de 2007, el Nº 36 de EL OTRO PAÍS mostraba en la portada a un cura con el brazo en alto, haciendo el saludo fascista, y el titular que acompañaba a la foto era el siguiente: “Zapatero financia el nacionalcatolicismo”. Pues incluso a alguno de nuestros lectores le pareció exagerada esta afirmación y pedía más tiempo para que el presidente del Gobierno del PSOE pudiera avanzar por el camino de la laicidad. Ya hemos visto lo que ha pasado: más dinero para la Iglesia católica, la Ley de Libertad Religiosa archivada y los crucifijos presentes en la toma de posesión de los ministros y en los colegios públicos.
  En el ámbito laboral, ya hacíamos un amplio repaso en el anterior número de nuestro periódico de las medidas antisociales tomadas por el Gobierno durante los últimos años y las nuevas que quiere imponer. En política internacional, la sumisión al imperio continúa siendo total. Zapatero sacó las tropas españolas de Irak pero las sigue manteniendo en otros puntos del planeta al servicio de los intereses estratégicos norteamericanos.
  Por otra parte, como ya hemos recalcado muchas veces aquí, los medios de comunicación están cada vez más controlados y la pluralidad informativa es sólo filfa. El gobierno del PSOE dio también un importante paso en el desmantelamiento de la radiotelevisión pública y puso en marcha una operación especulativa con los terrenos de Prado del Rey que, de momento, está parada como consecuencia de la crisis. Pero en el camino, comisionistas tan desvergonzados como Pedro Pablo Mansilla (Antiguo director general de Prisiones con Felipe González, casado, paradójicamente, con la Defensora del Espectador de RTVE, Elena Sánchez) se ha embolsado ya un suculento e inmoral pellizco.
¿Cómo se le puede llamar democracia a esto? El sistema que salió de aquella gran estafa que fue la Transición era ya una cochambre neofranquista, con una ley electoral siniestra y una absoluta falta de transparencia política. Además, la participación y la organización de los ciudadanos han ido disminuyendo. Hay que invertir ese proceso: regenerar el sindicalismo y organizar nuevas plataformas de lucha contra este sistema cada vez más podrido. Como decía el viejo Nakens, maestro de periodistas libres, a quien recordamos en este número: «Los tiempos son de lucha y hay que sacar todas las armas depositadas en los Parques de la Libertad y el Sentido Común”.