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AMÉRICA LATINA: 200 AÑOS DE LUCHA POR LA INDEPENDENCIA (I) (nº 49)

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 •  Reflexiones desde ambas orillas del Atlántico

Carmen Morente

(Plataforma Simón Bolívar de Granada)

"Robos, saqueos, depredaciones, asesinatos, frutos aciagos y amargos de la proscripción más atroz y más injusta que el rencor, la irreligión, la ignorancia y la barbarie fulminaron contra millones de inocentes, unidos con nosotros por medio de los lazos más estrechos de la religión, la naturaleza y la política… Todas las revoluciones han sido siempre funestas y azarosas, todas han costado torrentes de lágrimas a los pueblos. Pero ésta que estamos experimentando está marcada con tales caracteres de crueldad, de infamia y de bajeza, que su historia jamás llegará a la posteridad sin que ésta se llene de asombro e indignación contra sus detestables autores. Suscitados por unos cabezas, faltos de capacidad y de luces, que han obrado tumultuariamente, sin objeto fijo, sin plan  ni regla alguna de conducta, parece sólo trataron de hacerse odiosos y despreciables y convertir la patria en un teatro de luto y desesperación".

  bolivar.jpgÉsta era la posición de la metrópoli española, reflejada en un artículo aparecido en El Telégrafo Americano, el 23 de octubre de 1811, ante las noticias que llegaban de ultramar; ante aquellos movimientos de protesta comenzados a nivel provincial, que fueron tomando tintes declaratorios independentistas. Motivados por las contradicciones y aberraciones que consagraba el sistema colonial e influenciados por el pensamiento liberal francés y por el triunfo de la independencia de las colonias inglesas en América del Norte, las elites criollas iniciaban un doloroso, tortuoso y dramático camino, cuyo objetivo último no era otro que conseguir la definitiva independencia del Imperio español. Mientras, en la metrópoli, el absolutismo borbónico parecía desintegrarse.
  Pasados 200 años del inicio de las luchas por la independencia, que no obtuvieron el saldo "ideal", pues si bien se consiguió la ruptura definitiva de España y la constitución de repúblicas independientes, el objetivo de la efectiva independencia política y económica, así como la integración de las nuevas repúblicas, quedaron en el camino: otro movimiento continental retoma el compromiso estratégico de la Segunda Independencia y de la integración en nuestros días. Y como antaño, le tocó a Venezuela ser la vanguardia del proceso; y, como antaño, a Colombia y a Perú, donde siguen enquistadas las oligarquías más genocidas y vendepatrias del subcontinente, ser uno de los principales escollos de la libertad y emancipación de los pueblos de América Latina y El Caribe.

¿HAN CAMBIADO MUCHO LAS COSAS EN ESTOS 200 AÑOS?

  Merece la pena recordar algunos elementos de la coyuntura política española en aquellas dos primeras décadas del siglo XIX. Ningún historiador podría negar, a estas alturas, la envergadura de la crisis económica, política y social que se vivía en la metrópoli. La dinastía borbónica, y su pretensión centralista, hacían aguas por todos sitios; aliada de Francia frente a Inglaterra, los onerosos tributos exigidos para mantener la guerra contribuyeron aún más a agravar las deformaciones de un sistema económico estancado y atrasado… ¡Trafalgar sería la fresa del pastel! Sin ningún tipo de decoro, ¿acaso alguna vez lo han tenido?, los Borbones entregaban el país a su ayer enemigo, Francia, quien  invadía la Península; Inglaterra se convertía en aliado, etc. Se asistía a la mayor crisis sufrida por el Antiguo Régimen. El Absolutismo Monárquico parecía una araña flotando en un océano borrascoso.
  En nuestros días también el sistema vive una profunda crisis. A pesar del discurso oficial, no hay duda de que nuestros vecinos y "socios" en la Unión Europea parecen tener mejores mecanismos para afrontarla. Son, además de más fuertes como capitalistas, más inteligentes y supieron diseñar un modelo de integración y de relaciones internacionales en el que, al igual que en el pasado, sólo nos correspondió la pandereta y las castañuelas. Con todas las distancias históricas, un elemento fundamental parece repetirse: nuestro capitalismo dependiente sufre una aguda crisis económica y política, mientras que en América Latina se viven momentos de definición autónoma, independencia, soberanía, integración y dignidad.
Ante la crisis de principios del XIX, el sustrato ideológico que justificaba el sistema colonial, parecía no perturbarse demasiado. Ni siquiera los sectores liberales rompieron los vínculos con dicho referente. Cierto que Las Cortes de Cádiz llegaron a consagrar la "igualdad" y los principios liberales de representatividad; pero esta declaración carecía de proyección, pues la supuesta igualdad iba acompañada de una desigual participación en los órganos representativos y del mantenimiento del monopolio comercial. Quizás la contradicción más grande del liberalismo en aquellos momentos fue pretender la modificación del sistema político interno (sometimiento del Monarca a la Constitución), sin atacar el sistema imperial que lo sostenía. Sin restarle importancia al levantamiento de Riego (1 de enero de 1820), que impidió la materialización de la expedición militar prevista al Río de la Plata, es necesario reconocer que, a esas alturas del proceso revolucionario, en las "provincias de ultramar", la coyuntura militar y política a favor de la Independencia había sido resuelta en lo fundamental.

EL SUSTRATO IDEOLÓGICO COLONIAL SIGUE NUTRIÉNDOSE

  Bases objetivas para dicho sustento no faltan, pues, a excepción de los contenidos que consagró la II República Española en la Constitución de 1931, la pretensión de "paternidad" sobre América Latina, la visión oligárquica, patrimonialista, la "Una, Grande y Libre" durante las décadas franquistas (de donde procede la celebración del "Día de la Raza" o de la Hispanidad), el fascismo, el racismo y la xenofobia; el eurocentrismo, por utilizar otra expresión más analítica, han sido y siguen siendo pensamiento mayoritario - no sólo de las elites políticas o económicas de hoy-, evidencia de la debilidad de los modelos de pensamiento alternativo y de los movimientos y organizaciones que pudieran sustentarlos. Debilidad a la que hay que sumar que, también hoy, como hace 200 años, personas de izquierdas mantengan la contradicción de reivindicar la modificación de la estructuras dentro del Estado eriego-1.jpgspañol, manifestando, al mismo tiempo, la más grosera de las antipatías, cuando no rechazo absoluto, a los movimientos y dirigentes latinoamericanos que están pretendiendo igual objetivo dentro de sus respectivos países. "Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa", cantó el uruguayo Alfredo Zitarrosa.
De no ser porque para transformar el mundo no sólo hay que tener voluntad sino también inteligencia, ¡y grandes dosis de paciencia!, viviríamos permanentemente al borde de un ataque de nervios o del suicidio. Motivos no nos faltarían. Sólo recordar la explosión de "españolismo" rancio, colonial y absolutista, que emocionó a millones de personas en este país cuando el Borbón actual pretendió callar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela; o la reacción ofendida, emotiva y patriótica de estos mismos millones cuando la compra por parte de Venezuela del Banco Santander… Peligrosa simbiosis de intereses que indican el predominio ideológico de los valores del sistema dominante que ha conseguido grandes niveles de hegemonía y consenso.
  "¡Tropas, tropas y tropas se necesitan allí!", defendía un periódico español en 1812. Y bien que lo consiguieron, sobre todo tras el regreso del inefable Fernando VII y la reposición del Absolutismo, en 1814. Entre la prepotencia imperial y la estupidez, un país endeudado que salía de una terrible guerra contra el invasor francés no encontró otro recurso ante el desmoronamiento de su Imperio que forzar campañas de reclutamiento y enviar a miles de hombres humildes a una muerte segura. Entre 1812 y 1813, se enviaron 12 expediciones de mediana envergadura. Posteriormente se desarrolla la llamada "Política de Pacificación". El 17 de febrero de 1815, la expedición del general Pablo Morillo sale de Cádiz, con más de 10.000 hombres, 18 barcos de guerra, pertrechos y 42 transportes. Directamente a Costa Firme. Ni qué decir que el control de la prensa de oposición y una insistente campaña por parte de la prensa oficial hicieron lo posible para garantizar la paz social y política al Absolutismo Borbónico.
  La violencia y el militarismo, como recursos de dominación y de aniquilación, han sido los más utilizados por las elites políticas y económicas ligadas al Absolutismo y a la Monarquía española; sirviéndose esta última, sin ningún problema, de períodos dictatoriales para garantizar la pervivencia futura del modelo. Dicha violencia no sólo se ejerció contra el movimiento independentista latinoamericano. En aquellas décadas, en ambas orillas del Atlántico, los liberales luchaban contra el mismo poder y, en ambas orillas, recibieron la misma respuesta. Baste recordar que, tras el período liberal transcurrido entre 1820-1823, la persecución desarrollada contra los liberales fue atroz, sufriéndola alrededor de 30.000 seguidores del constitucionalismo.
  chavez.jpgAños después de la ejecución de Túpac Amaru (18 de mayo de 1781), un 7 de noviembre de 1823, el general Rafael de Riego Núñez, condenado a morir en la horca, fue arrastrado dentro de un serón por las calles de Madrid; una vez ahorcado, su cuerpo fue despedazado en cuatro cuartos, que fueron ubicados en Madrid, Sevilla, León y Málaga.
¡100.000 soldados franceses! se ocuparon de perseguir y derrotar a las fuerzas constitucionalistas. Riego fue derrotado por el general francés Bonneman. Se reinstauró el Tribunal de la Santa Inquisición… Batallones franceses acompañaban y protegían a las turbas que ofendían al general Riego durante su suplicio; enfermo moralmente, había firmado un documento retractándose de sus errores políticos y religiosos, bajo promesa de indulto.
  Mariana Pineda era ejecutada a garrote vil, en Granada, el 26 de mayo de 1831… Casi un siglo exacto antes de que fuera proclamada la II República Española. Hubo que esperar un siglo, pues, para que los valores laicos, republicanos y liberales triunfaran en esta orilla del Atlántico. Pero después tuvimos que hacer frente a un golpe fascista, iniciado por el sector "africanista" del Ejército, que provocó el inicio de la Guerra de España y, después, más de cuarenta años de dictadura fascista. Tuvimos que tragarnos que Franco se muriera tranquilamente en su cama, sin responder de ninguna de sus responsabilidades históricas; tuvimos que asistir a la Transacción Política; tuvimos, por último, que asumir la voluntad del Dictador y asistir a la II Restauración Borbónica. En ella estamos.

¿UNA OLIGARQUÍA DE CHISTE?


  Para los lectores y lectoras de EL OTRO PAÍS será ya familiar esta expresión que utilizo con frecuencia: "La ideología dominante delimita, incluso, el campo de las percepciones". El capital español, que intenta, bajo un barniz de pacato europeísmo, abrirse un camino en la globalización, está enfermo ideológicamente. Confunde la realidad con sus deseos. A veces, incluso, cuando intenta rectificar posiciones, se encuentra con la oposición de los grupos fácticos mediáticos que parió para que defendieran sus intereses. Una oligarquía de chiste que acaba jodiéndose no sólo a sí misma sino jodiéndonos a todos sin excepción, especialmente en estos tiempos de crisis del sistema.
  Basten sólo dos ejemplos, casi anécdotas. Durante el pasado mes de junio, se celebró en Amsterdam un Encuentro de Solidaridad con Venezuela, que reunió a representantes de los movimientos de solidaridad a nivel europeo y en el que participaron también los embajadores de la República Bolivariana en Europa. El embajador ante Portugal informaba, en el grupo de trabajo que le correspondió, sobre los avances y dificultades de su desempeño. Entre otras cosas, informó de los acuerdos promovidos - y firmados-, para que empresas costi_1812.jpgportuguesas construyeran miles de casas y exportaran otras miles prefabricadas. Sin comentarios.
  En su visita última a Siria, según expresó el Presidente Hugo Chávez, en entrevista concedida a la televisión siria, se habían firmado entre otros acuerdos, el de construcción por parte de Venezuela de una petroquímica que, entre otras cosas, permitirá a Siria fabricar envases de plástico para exportar su aceite de oliva a la República Bolivariana. Al escuchar esta información no supe si partirme de la risa o hacerme el haraquiri. Bien conozco la situación que están atravesando las cooperativas productoras de aceite de oliva en Andalucía. Con los depósitos de las almazaras rebosantes con miles de toneladas almacenadas, el precio del aceite cayendo a límites insostenibles para los pequeños y medianos productores; pendientes de una ayuda de dos céntimos por litro para no sacar al mercado el producto elaborado y así mantener el precio, aunque precario, en espera de que lleguen -a estas alturas ya llegaron-, los barcos italianos que, desde los tiempos del Imperio Romano, vienen llevándose el aceite de oliva andaluz que luego envasan como italiano y comercializan en todo el mundo, incluida por supuesto América Latina, con un alto valor añadido.
  De espaldas a la realidad, repito, las altas esferas políticas y mediáticas, siguen arremetiendo contra Venezuela y contra su presidente. Su última visita al "Reino de España" es sólo una muestra más. Aquí los medios ya no respetan ni al Presidente de REPSOL.
  Mientras que la República Francesa concede la Orden de la Legión de Honor, al periodista colombiano Carlos Lozano, aquí le conceden condecoraciones al mayor y genuino representante del terrorismo de estado colombiano, presidente Uribe Vélez, a quien paseamos por Europa como adalid de la libertad y la democracia.
  El ministro Moratinos podrá repetir su visita a la República Bolivariana, intentando abrir el camino a las empresas españolas. Los medios de comunicación y los altos grupos de presión, mientras tanto, seguirán a su bola, anclados en su referente colonial reaccionario, sin entender que las cosas, como hace 200 años, cambiaron en la otra orilla.
Un buen amigo suele decirnos en tono de broma cuando nos oye hablar de Simón Bolívar, que no le perdona al Libertador que no nos liberara también a nosotros del absolutismo borbónico y sus secuaces. Fue imposible hace 200 años y lo sería también ahora. El objetivo de nuestra liberación sólo está en nuestras manos.