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EVA (DOLORES) DURÁN, LA CARCELERA DE VALLEKAS

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ALICIA GIL

  Nada más llegar al barrio, la concejala del PP se cambió de nombre: María Dolores, por el actual de Eva, para olvidar su pasado anterior en Carabanchel, donde creció en una familia muy modesta. Su ascenso en la derecha española va ligada a su guerra permanente contra las asociaciones vecinales, donde no duda en recurrir a la calumnia y a su oportunismo para rendir pleitesía al líder del turno, llámese Rato, Rajoy o Esperanza Aguirre.


Rafael Gómez Parra


  La escena ocurrió en septiembre de 2007, en Vallecas, y denota la cicatería con que esta supra concejala madrileña trata a su vecinos, hasta el punto de que tuvo que llegar la propia Esperanza Aguirre, su jefa, a enmendarle la plana: Un vecino del barrio, Francisco José Burgos, llevó a la presidenta de la Comunidad hasta el parque de la avenida de la Albufera donde cada día juegan de 15 a 30 niños sobre la arena. “Eva, ¿qué hacemos?”, planteaba Aguirre a la concejal. “Césped no, que es muy caro y se gasta agua”, se escaqueaba Durán. No sirvió el argumento: “Ahora hay riego por goteo, que puedes poner boj y setos y por dentro unas plantitas”, le interrumpía Aguirre. “Venga, yo lo pago. Lo paga el Ivima. ¿Esto es del Ivima?”, preguntaba buscando con la cabeza a su director general. Detrás, él tomaba nota de los deberes y, al recibir su asentimiento, Aguirre zanjó: “El Ivima patrocina”.

  Todavía la concejal ponía pegas, porque decía que el Plan General califica esa zona como jardín privado de uso público y no lo podía tocar. “Modifícalo en el pleno y lo llevas al Área de Medio Ambiente ya hecho, que si no, se van a negar”, le aconsejaba la presidenta, que en su día fue concejala del ramo. Después, le puso plazos: “¿Dentro de cuánto vengo a comprobar que está hecho? ¿En primavera?”. Y en eso quedó con los vecinos. (www.elpais.com 22/09/07)

  Eva Durán Ramos, para más INRI, es periodista, o al menos eso dice su currículo, porque la verdad es que nadie sabe si es capaz de hacer la o con un canuto. Calumniar sí que sabe, como ha demostrado con sus ataques a los vecinos del Alto Arenal, acusándoles poco más o menos que de terroristas. Parece claro que ése era el perfil que el entonces alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano, buscaba en su día, allá por 1995, para “gobernar” sobre el barrios más dinámico y popular (de verdad, no popular del PP) de Madrid.

  Desde su llegada a Vallecas, Durán ha hecho todo lo posible por meter en cintura a sus vecinos –y si pudiera, para encerrarlos en la cárcel- como ya lo demostró nada más llegar, intentando prohibir la batalla naval de El Carmen en julio de 1998, para lo cual no dudó en precintar las bocas de riego del barrio. La súper carcelera argumentaba que el año anterior se había hecho apología del terrorismo y que miembros de Jarrai se habían infiltrado entre los batallistas navales. Lo mismo que dice ahora contra los vecinos que intentaron protestar en un pleno por la suspensión de las fiestas de la Carmela y que fueron detenidos, como en la época del franquismo, por los policías de Durán.

  Frente a las protestas vecinales, Eva Durán ha tenido que dar muchas veces marcha atrás, pero tratando siempre de eliminar la presencia más espontánea de los vecinos y de sus organizaciones en los actos festivos. También acabó con los conciertos de grupos musicales críticos en las fiestas del barrio. Con todo ello, Eva Durán se ha hecho fama de política dura, adscrita ahora -¿hasta cuando?- al bando de Esperanza Aguirre, dispuesta siempre a hacer el trabajo sucio, lo que le ha valido ser encuadrada en la lista de diputados nacionales de Mariano Rajoy para codearse con hombres tan preclaros como Eduardo Zaplana. Curiosamente, en sus intervenciones en el Congreso, la carcelera de Vallekas hace gala de un amplia preocupación por los fallos del Ministerio del Interior en los apoyos a las mujeres víctimas de la violencia doméstica, cuestión en las que no muestra tanta preocupación en su trabajo en Vallecas, el distrito donde menos dependencias sociales se han abierto en los últimos años.

  Su apoyo a Aguirre frente a Gallardón le valió ser elegida, en el XIV Congreso del PP de Madrid, secretaria ejecutiva electoral, a pesar de que nunca ha conseguido superar la media de 30.000 votos que suele tener el PP en su distrito. A pesar de su título de periodista nadie le conoce más cultura que la del “y tu más” con el que suele obsequiar a sus contrincantes socialistas o de IU en los plenos. Y a pesar de que se crió en un barrio tan popular como el de Carabanchel, en una familia humilde, desconoce o ha olvidado todo lo que significó la lucha contra la dictadura, lo que la convierte en una auténtica desclasada que ha abandonado sus raíces, pero que tampoco ha conseguido que la clase burguesa que domina el PP la haya aceptado.

  Poco se sabe de sus inicios en el PP de Carabanchel, ya que cuando ella aparece en Vallecas, primero como vocal, lo primero que hace es cambiarse de nombre y pasar de Dolores a Eva, como si quisiera convertirse en una mujer nueva. Radical ultraconservadora en sus ideas, su misión ha sido, desde el principio, hacerse primero con el PP de Vallecas –un sector pequeño e incrustado desde el franquismo en lugares muy concretos, como colonias de taxistas o de funcionarios-, donde no ha dudado en echar a todos los que la oponen la más mínima crítica, para intentar posteriormente someter a todo un barrio enemigo, como si se tratase de la invasión de Irak, aunque en este caso los Sadam Hussein sean los modestos y pacíficos dirigentes de las asociaciones de vecinos. Dejó de ir a las tertulias de TeleK, la televisión de Vallecas, porque es incapaz de aceptar un debate en el que ella no diga la última palabra, como en los

  Plenos que suspende cuando le viene en gana, si no llama a la policía para que lo desalojen.

  En un principio, Eva (Dolores) Durán se arrimó al grupo de los ratistas, cuando parecía que Rodrigo Rato iba a ser el sucesor de Aznar, de cuya mano entró en la lista de candidatos a concejales de Madrid de Alianza Popular en 1987, y repitió en 1991, ya con el PP. Su mayor momento de gloria lo consiguió en 1999, cuando creyó que la ola aznarista, que ganó por mayoría absoluta en las generales de 2000, también le iba a dar a ella la victoria en Vallecas, cosa que no ocurrió, pero ella ya tenía al PP local en un puño y además supo cambiar de caballo ganador y apuntarse a la lista de acólitos ratistas que se incorporaron al grupo de Esperanza Aguirre, para jugar en el Ayuntamiento de Madrid el papel de cuña contra Gallardón. Antes lo habían intentado con Rajoy, pero allí ella no vio muy claro su futuro aunque llegó a estar en la dirección nacional.

  La única razón que ha llevado tanto a Esperanza Aguirre como a Gallardón a mantener a Eva (Dolores) Durán al frente de Vallekas ha sido el que no tienen otro candidato mejor. Ambos saben que la política de confrontación y casi “guerra civil” que fomenta no lleva a ningún sitio, por ahora, pero tienen al menos alguien que da la cara y es obediente a las consignas. Además, llena los mítines de los líderes con autobuses de militantes entusiastas.

  Eva (Dolores) Durán se agarra a la política como un clavo ardiendo y su futuro depende tanto de su olfato por predecir quién va a ser el caballo ganador en el PP, como por su control férreo sobre sus enemigos dentro del propio PP de Madrid, que los ha tenido –que le pregunten al ex concejal de Hacienda de Álvarez del Manzano, Pedro Bujidos- y que los tiene. No cuenta, además, con amistades en ningún sitio y su vida se reduce a trabajar para el partido y para ella. Cada vez que llega un nuevo periodo electoral, Eva (Dolores) Durán sufre y corre para buscarse un sitio en la nueva lista y entrar en la cuota de alguno de los jefes. Y cuando lo consigue, respira para otros cuatro años. Y para ello tiene que joder a los vallecanos, es el precio de su vida.