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CRISIS SISTÉMICA Y NUEVAS POSIBILIDADES

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CRISIS SISTÉMICA Y NUEVAS POSIBILIDADES Manuel Ballestero


  En este artículo intentaremos, muy brevemente, reseñar, y al mismo tiempo reflexionar el trabajo del economista francés Paul Boccara : “Transformation et crise du capitalisme mondialisé” (Le Temps de cerises, Paris,2008). Hemos de resumir las ideas esenciales de un trabajo de investigación profunda y muy compleja cuya exposición detallada requeriría un amplio informe para un seminario de economía política y que, por la importancia de sus propuestas teóricas, cabe apenas en un artículo de periódico.

  Boccara arranca del sondeo teórico de las últimas páginas de los Grundrisse (Dietz , Berlin, 1974), donde Marx, en una perforación de enorme alcance, esboza un horizonte histórico-social muy profundo: el de la superación de la medida del valor por el tiempo de trabajo, lógica “miserable y estrecha” dice Marx, para enmarcar las posibilidades que ha abierto el desarrollo de la capacidad productiva y creativa del trabajo humano, por el desarrollo de las fuerzas productivas. Boccara  se centra en la revolución informacional; tal revolución, técnica y objetivamente, abre nuevas posibilidades.

 boccara.jpg Boccara lleva a cabo, antes de entrar en esas consideraciones de futuro, un análisis de la crisis sistémica actual del sistema capitalista, en sí misma, y de los retos y posibilidades que objetivamente descubre. En su análisis, desgaja a partir de El Capital I, 23:”Sobre las consecuencias para las clases trabajadoras de la acumulación capitalista”, como Marx en ese texto, Boccara considera  los rasgos de la crisis sistémica actual, y no se limita ni con mucho a un simple -hasta simplote y manipulador-disfuncionamiento de  mecanismos crediticios. La crisis abierta en EE.UU. por las subprimes y los fondos podridos (edge funds) y financieros, ni empieza ni termina con ellos, como muy bien indica, el disfuncionamiento financiero no puede darse sin un proceso semejante en la economía real; por eso hemos llamado l atención sobre el capítulo 23, de  El Capital I.

   El crecimiento astronómico, inconsiderado y expoliador  de los créditos, que ahora, después del G. 20, los representantes políticos  del capital financiero cínicamente descargan sobre la poblaciones que no son responsables del desastre, esa hinchazón financiera y mortífera, resulta de la sobreacumulación de capital;  Boccara salta por encima de la mistificación y del engaño que intentan articular los economistas a sueldo o ideológicamente implicados, quienes llaman la atención exclusivamente sobre los mecanismos y acerca de una crisis solo financiera . “La acumulación financiera remata la acumulación financiera y REAL, dentro de la fase de dificultades” (40).  Boccara recuerda que Kondratief, al examinar “la fase larga de dificultades en la acumulación del capital” ha verificado la tendencia a la fuga por la acumulación financiera, que resulta de los problemas que surgen de la acumulación del capital, y que Marx  ya había identificado. Tales son los datos del análisis teórico.  La “nueva economía” pensó que esa dinámica podía prologarse hasta el infinito. Pero en ese proceso, la sobreacumulación de capital  trajo consigo también una tendencia  al descenso de la tasa de beneficio, de donde resulta la huida del capital fuera del proceso de la inversión productiva a la rentabilidad financiera que, a su vez se salda en  en las absorciones, fusiones y Opas y a la concentración del capital monopolista.

   De ese proceso resulta a su vez la colocación  del valor en títulos (tritificación), la esterlización  productiva del capital y la explosión del paro de masas, la precarización creciente, para hacer  presión a la baja del  valor del trabajo vivo y preservar a costa de los ciudadanos, el nivel de beneficio que los capitalistas necesitan para “rentabilizar el enorme capital acumulado;  Tal es la naturaleza profunda, no epidérmico-crediticia, de la actual crisis, como hemos señalado en otros artículos, crisis sistémica y de la economía capitalista.

 Ahora, en efecto, cabe preguntarse : qué función desempeña esa fuga a la acumulación financiera? Boccara, de nuevo de la mano de los análisis de Marx , indica: “el capital financiero rompe, licua el capital; tal es su función en las fases depresivas… es su aspecto destructor, el incremento del capital financiero y el descenso de la inversión real” contrarrestando la composición orgánica y el descenso de la tasa de beneficio, con la consecuencia de la agravación ecológica , la especulación en las materias primas y alimentarias.

  El capitalismo ha chocado con las limitaciones de la población mundial y de los asalariados. En estas condiciones reaparece para el capital superacumulado el límite del subconsumo social en medio incluso de un posible incremento del salario real, situación examinada por Marx en su temprano escrito “Trabajo asalariado y Capital”.

 Una vez más hemos  de remitir  al análisis estructural de la formación capitalista y de la “composición orgánica del capital”, con el fin de alejarnos de cualquier concepción “consumerista”, cuando en realidad lo que aparece  con la superacumulación  del capital es el espectro de un subconsumo de masa, generado por la superexplotación  de la fuerza de trabajo en las etapas anteriores.

  En eso, la crisis en la que se combinan superexplotación, posible incremento del salario real y subconsumo aparecen las condiciones objetivas de sobrepasar los límites del capitalismo en una transición a una nueva formación social que supera los límites de la distribución a través del marcado, que puede abrir, por medio de grandes luchas y confrontaciones sociales a un reparto real de la riqueza social , a  mutualizaciones y cooperación entre distintos sectores geográficos humanos, con la elevación primordial de la formación, no solo técnica, de los trabajadores y a condiciones de de sobrepasar las orientaciones inherentes a la distribución capitalista.

   Es claro que en este proceso hoy ya objetivamente posible, cobran valor de realidad y de realización las propuestas del  Engels viejo(1882) de un avance hacia una forma de Estado republicano radicalmente democrático, de intervención popular a través de nuevos derechos ciudadanos, también a los comités  de empresa , de barrio, de ciudad y de Estado por medio de instituciones democráticas que  es necesario ir forzando a crear.

   Una vez más todo se decide a partir del nivel alcanzado por las fuerzas productivas, por la revolución informacional que remata y corona la revolución maquinista; por decirlo con una frase de Hegel: “Es el movimiento el que determina la diferencia”.