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La sanidad Neoliberal

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Espe Sans Santé

   Asistimos con expectación a un pase privado del film de Michael Moore “SICKO”. Es el tercer film de este denunciador del sistema de EE.UU., que con gran ingenuidad, no exenta de ironía, coloca un micrófono delante la gente y le pide que se explique. En esta ocasión sobre el Sistema Sanitario. Comienza en EE.UU. dónde no existe Seguridad Social Pública, sólo asistencia sanitaria privada, a través de poderosas Agencias de Seguros Médicos, que tienen todo el poder para desechar enfermos, escoger las enfermedades que se tratarán, rechazar antecedentes de los historiales médicos y sólo para conseguir su objetivo: el mayor beneficio de la empresa. Nunca se plantean si el enfermo (ciudadano o ciudadana que acude a ellos, tras haber pagado una inscripción y unas cuotas) está grave o leve, si el diagnóstico es mortal o no. Si paga, vale; si no puede pagar, no se le atiende. Hasta el extremo que si un tratamiento se alarga y no pueden pagarse más días de cama en el hospital, sacan a los enfermos y los ponen en la calle, aunque técnicamente no puedan estar en situación de ALTA médica.
   El otro caso es el del ciudadano o ciudadana que ni siquiera se puede permitir pagar unas cuotas. Entonces, si acude a un hospital (aunque sea de urgencias) lo primero que le hacen es el presupuesto de su consulta y luego, si puede pagarlo, lo atienden. Insisto, aunque sea un tratamiento de urgencias. El ejemplo que pone Michael es claro. Un trabajador que se acaba de cortar las dos falanges superiores del dedo anular y central de la mano izquierda. Por el primero, implantárselo de nuevo son 12.000 dólares y por el segundo, 60.000 dólares. En total, 72.000 dólares (aproximadamente el precio de un coche en USA). Como no tenía tanta cantidad, sólo se pudo arreglar el dedo más sanidad_neoliberal.jpgbarato. Nunca mejor dicho lo de la “mano invisible del mercado”, porque la visible arreglársela costaría más de 100.000 dólares.
   Podríamos seguir con todas las escenas del documental, pero eso no es la finalidad de este artículo. En el film se establecen las comparativas entre un sistema público de Sanidad (Canadá, Francia, Inglaterra y Cuba) y un sistema privado, neoliberal y anticiudadano de sanidad privada (USA). Ni siquiera se plantea Michael una síntesis después de esa comparativa. La deja para que el asistente tome nota y saque conclusiones.

MIEDO A PROTESTAR

   Pero nosotros si queremos analizar el porqué de las cosas. ¿Por qué en una pequeña isla socialista funciona la sanidad y en un gran país imperialista, no funciona el derecho a la sanidad? ¿Por qué en países en que el ciudadano no tiene miedo y se manifiesta en defensa de los servicios públicos, Francia en el film, no se atreven los gobiernos liberales a privatizarlo todo? ¿Por qué en el país que no se cumplen los Derechos Humanos más elementales, sanitarios por ejemplo (no adivinan, es el mismo país que no firma los acuerdos de Kyoto, USA!!!), se llama terrorista a todo el que exige sus derechos o comunista al que quiere un sistema de sanidad público?
   La desvergüenza neoliberal que sólo pretende un beneficio, aunque se tengan que derrochar millones en corrupción, de políticos, diputados y senadores, como se vE en el film, con el Senado de EEUU, para sacar sus proyectos privatizadores adelante, esto si se llama democracia. Entre otras cosas, dice Moore, porque el ciudadano USA tiene miedo de protestar (el péndulo de ser acusado de individuo contra el Estado es muy poderoso en el país de la gran mafia y de la eliminación del indígena). ¡Nadie contra el Estado neoliberal!, claman las multinacionales y pagan a sus partidos y políticos. Almacenan sus universidades de maníacos del sistema de mercado, cuando ellos mismos sólo son partidarios del mercado monopolista u oligopolista, nunca del mercado de libre concurrencia.
   Esta película, que termina comparando el sistema cubano con el imperialista del norte, nunca será estrenada en circuitos comerciales, mientras la distribución la tengan las mismas compañías de ese país que se critica: Los Estados Unidos de Norteamérica, cuyo símbolo es la Estatua de la Libertad. Libertad, claro está, de unos pocos delincuentes que impiden el acceso de la sanidad a los ciudadanos, si no pueden pagarla a precio de petróleo.