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Las elecciones generales al 1 de mayo

JUAN RAMOS

   Que el debate sobre el crecimiento y sus virtudes no haya germinado entre nosotros, en el escenario que nos es más próximo, resulta tanto más llamativo cuanto que la aparente bonanza registrada en los últimos años por la economía española mucho le ha debido a algunas de las formas más depredadoras de aquél. Si triste ha resultado ser la aceptación de un crecimiento que mucho le debía al negocio inmobiliario, y ello pese a que todos teníamos conocimiento de sus dobleces, hora es de preguntarse si una cabal recesión no puede convertirse en afortunado y poderoso estímulo para que tiremos por la borda algunos de los prejuicios que nos atenazan. Lo que hay que reivindicar, en las palabras de Serge Latouche, es “una sociedad fundamentada más en la calidad que en la cantidad, en la cooperación más que en la competición, una humanidad liberada del economicismo, que busque la justicia social como objetivo”.
   Las ideas y conceptos expresados en este escueto párrafo extraído de un reciente artículo de Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, bien podrían servir de cabecera o de pancarta para las movilizaciones que los dirigentes sindicales anunciaron con motivo del pasado 1 de Mayo.
   redondo_y_el_rey.jpgAhora que hemos sobrepasado a Italia en PIB per cápita, lo cual significa que hay “cápitas” en el conjunto del estado español que tienen mucho mas PIB, no sólo que las “capitas” italianas, sino que las “cápitas” suizas, saudíes o luxemburguesas,  dado que en los próximos cuatro años vamos a por Francia, no a devolverle el 2 de mayo, sino a sobrepasarlos en esta ratio que lo único que dice es que, en caso de conseguirse, se habrá generado más riqueza, pero que si no se cambian las formulas de reparto, significará que las desigualdades habrán aumentado, las injusticias sociales habrán crecido y la marginalidad y la pobreza habrán ensanchado sus dominios. Puestas las cosas así, creo que ya es apremiante preguntarse y responderse para qué crecer y para quién crecer. Y las respuestas no hay que buscarlas en el viento, que decía Dylan. Las respuestas están en el presente y en el pasado inmediato.
   Si no se cambian las fórmulas de reparto de la riqueza, y es evidente que no cambiarán, seguiremos constatando cómo la participación de las rentas del trabajo disminuye con el beneplácito de la socialdemocracia gobernante, de la izquierda “verdadera” y de los agentes sociales que acaban de recomendar que la tasa de inflación no se transforme en subidas salariales. Si se va a proseguir con las rebajas fiscales en el impuesto de sociedades y a los tramos mas altos del IRPF, y junto a esta “desamortización fiscal” se continúa con la desinversión social, menos gasto en educación, en sanidad, en protección social, puesto que ya las tasas de inflación superan a los incrementos presupuestarios previstos en estas áreas y los superávit de las cuentas de la seguridad social, provenientes de cotizaciones sociales se destinan a operaciones financieras que sólo a los intermediarios benefician, si esto sigue así, cualquier crecimiento del producto interior bruto tendrá, como hasta ahora, un destinatario único, el bolsillo de toda una banda de grandes empresarios y banqueros poderosos. Es decir, el bolsillo de los de siempre.

MEDIDAS AGRESIVAS


   ¿Se acuerdan ustedes de cómo se llamaba, en la película “El Padrino III”, la empresa del Vaticano que Michael Corleone compraba para meter liquidez al Banco Ambrosiano, o sea a esa iglesia, por sus líos con la logia P2? Casualidad, se llamaba Inmobilari. Pues bien, hoy nos hace saber una importante inmobiliaria española que el plazo medio que necesita una pareja española para ser dueños de una vivienda de 70 metros cuadrados con dos dormitorios es de 75 años.
Hoy también, ¡qué nueva casualidad!, la CEOE, la patronal de esos pobres empresarios a los que el acogotador impuesto de sociedades asfixia y el del patrimonio no digamos, esa institución, (¡manda güevos!), reclama al gobierno medidas agresivas para paliar la crisis o pondrá, nos dice sin amenazar, -ellos no amenazan, sólo informan-, a medio millón de currantes en la puta calle.
   Y ya se pueden imaginar en qué van a consistir las tales medidas agresivas. Las medidas serán dinero público para sus bolsillos, y la agresividad se traducirá en más flexibilización del mercado de trabajo, léase despido más libre, más arbitrario, y más barato; vamos, que va a tener que pagarles el currante por ser despedido. Pues que nadie se extrañe. Estos son los resultados de las políticas de “extrema izquierda” que ZP pone y seguirá poniendo en práctica para favorecer a los que no tienen de todo, es decir a los que tienen mucho pero no todo. Para los otros, para los que casi nada tienen, pues que se pudran y a seguir con el sermón
   Y hoy mismo, también, tenemos un ejemplo claro de la agresividad aplicada a quienes corresponde, a los débiles. Hoy de nuevo han entrado las excavadoras en poblados marginales de Madrid. ¿Por que no entran nunca en El Viso o en Mirasierra, o en la Florida a demoler los excesos de edificación que los pobres residentes se ven obligados a construir para alojar a sus diez o doce hijos que la prelatura papal les ha mandado tener?
   Así que, pasando de resultados electorales numéricos y puesto que estamos en tiempos de confusión, creo necesario recalcar dos obviedades. Una, la acusación del PP por la cual el pasado gobierno de ZP ha sido el más radical, se supone que de izquierdas, que España ha tenido, acusación que de forma “goebbelsiana”, ha mantenido durante estos cuatro años, y dado que era todo un montaje urdido por P.J. Ramírez con la COPE y sus tertulianos, ha tenido que repetirla insistentemente para darle visos de verdad, y de este modo, poder morder entre un número de electores más o menos templados que en 2004 no les votaron. La nomenclatura del PSOE, por su parte, viendo como el crecimiento en votos del PP multiplicaba por cuatro el aumento propio, les obligó a presentarse en la pasada campaña como gente moderada, con rasgos sociales centrados, económicamente ortodoxos, patriotas tan de hojalata como el que más, “regaladores” de derechos y excelentes gestores de las cuentas públicas. En otras palabras, la acusación les hizo pupa.
   Obviedad numero dos: visto lo anterior, vistos los resultados electorales por los cuales la proclamada izquierda “verdadera” al PSOE prácticamente ha desaparecido, reconocida la necesidad de tener apoyos parlamentarios tanto para el día a día como para aquellas leyes o nombramientos que requieran mayoría cualificada, y vistas las primeras declaraciones de ZP, hay que concluir que no quiere que se repita la legislatura bronca y encanallada, y para ello está dispuesto a poner de su parte lo necesario para que el PP se apacigüe, y la única forma de hacerlo es cediendo en temas a los que nunca renunciara la derecha española, educación, dineros e influencia de la Iglesia en la sociedad.
   ¿Que significa lo anterior? Pues, obviamente, que el gobierno de ZP va a girar más a la derecha. La cuestión es cómo y con quién.

Teniente, mande usted “firmes”. ¡Compañía¡ Vista a la derecha, ¡AR…!