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La novela “Asesinatos Archivados” (Akal), de Didier Daenninckx, recuerda la matanza de París en 1961

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"Olvidando el pasado nos condenamos a revivirlo"

Dolors  Aguado i Martorell                         

  Definía Raymond Chandler la novela negra, en su libro “El simple arte de matar”, como la novela que tiene por objeto y atmósfera el mundo profesional del crimen. Si como sabemos, el Estado se atribuye el monopolio de la violencia organizada para justificar su razón de ser, habrá que convenir que su estructura y sus cloacas constituyen el espacio idóneo para el desarrollo de la novela negra.
  Didier Daeninnckx sabe manejar perfectamente esta clave en la insuperable novela “Asesinatos archivados”. Clave que no es fruto de la imaginación del autor, es el producto de un profundo conocimiento de la historia de su país: Francia. Se inicia con la descripción de un episodio histórico sistemáticamente ocultado y conscientemente redescubierto por Daeninckx. Estamos hablando de la matanza que organizó la policía francesa en París, en octubre de 1961, contra ciudadanos argelinos que se manifestaban contra el toque de queda que le habían impuesto las autoridades.
  El inspector Cardin recibe la comunicación de un asesinato del que ha sido víctima al joven historiador Bernard Thiraud en la puerta de la asesinatos_archivados.jpgPrefectura de policía de Toulouse, después de consultar los archivos referentes al periodo 1942-43. Descubre Cardin que, veinte años antes de esa muerte, el padre del fallecido, Roger Thiraud, profesor de historia en el instituto Lamartine, fue asesinado también, un 17 de octubre de 1961, durante la manifestación argelina de París que se saldó con la muerte de 200 argelinos y miles de heridos y detenidos. No obstante, ningún grado de participación se pudo imputar al profesor en dichos sucesos, tampoco se encontró el móvil de su asesinato. Ningún motivo explica las dos muertes, por otra parte ejecutadas en ambos casos por un auténtico profesional.
  El desarrollo de la investigación servirá para desentrañar del vientre de la historia dos temas tabúes, incluso en la Francia de hoy: la colaboración de muchos franceses con el régimen filonazi de Vichy y la represión y guerra sucia contra los argelinos de la colonia y de la metrópoli. En esta novela de gran intensidad y ritmo, Daeninckx combina con gran armonía tres métodos de investigación, el del historiador, el del detective criminalista y el de periodista de investigación, con un resultado esplendido.
  Didier Daeninckx nació en 1949 en lo que era el bastión comunista de Saint-Denis. Con 17 años empezó a trabajar en artes gráficas como impresor, actividad a la que dedicó 16 años de su vida. Más tarde fue animador cultural y periodista.
  Su primera novela, «Mort au premier Tour »,  se publicó en 1982, su último año como impresor. Es la partida de nacimiento del inspector Cardin. En 1984 publicó en Gallimard “Meurtres pou mémoire”, editada por Akal como “Asesinatos archivados” y que le valió su consagración en el Parnaso de la novela negra, al recibir en 1985 el Gran Premio de Literatura Policial. Una época en la que los hechos de octubre de 1961 estaban rodeados todavía de un infranqueable halo de hermetismo. Daeninckx contribuyó de forma eficaz a colocarlos bajo los focos de la opinión pública.
Cabe resaltar entre sus obras “Le der des der”, traducida al castellano como “El último de los últimos”, dedicada a su abuelo anarquista y desertor en 1917. También en esta novela destapa un hecho histórico silenciado, el fusilamiento y cautiverio de miles de soldados rusos a manos de sus aliados franceses. Estas unidades rusas que combatían en suelo francés, tras la revolución de 1917, antes del Armisticio, destituyeron a sus oficiales y decidieron poner fin a su participación en la guerra.

DENUNCIA DEL RACISMO

  Una constante en la novela de Daeninckx es la denuncia documentada del racismo en la sociedad francesa. En 1987 se publicó “Lumière noire”, poniendo en solfa la política gubernamental de expulsión  de ciudadanos de Malí. Un año después vio la luz “La mort n’oublie personne”, cuya trama es la historia de un resistente condenado a muerte después de la guerra del 45.
  En 1990, en “Facteur fatal”, nuestro autor decidió poner punto final a la vida literaria del inspector Cardin y lo suicida, harto de ver podredumbre institucional. En 1994 le fue concedido el premio Paul Févol de literatura popular por el conjunto de su obra. Ha sido traducido a veinte lenguas.
  En su compromiso por reinterpretar la historia de su país, situando el factor de la violencia colonial en el lugar que corresponde, el año 1998 escribió “Cannibale”, en cuyas páginas cuenta la historia de los canacos, habitantes aborígenes de Nueva Zelanda expuestos como animales en un zoo, en la exposición colonial de 1931. A raíz de este libro ha establecido una fructífera corriente de intercambio de experiencias entre el pueblo canaco y  Francia. No sólo los franceses habían corrido un velo sobre esta etapa reciente de su pasado, los canacos nada sabían de esta infamia, a pesar de que todavía vivían algunos de los expuestos en jaulas para divertimento de la muy civilizada sociedad francesa de entreguerras.
  En resumidas cuentas, un autor a tener en cuenta y una gran novela, “Asesinatos archivados”, construida con personajes verosímiles y sin los golpes de efectos en la narración a los que tan acostumbrados nos tienen otros autores de este género. Una novela cuya lectura recomendamos encarecidamente en este 50 aniversario de la masacre que ensangrentó las calles de París y evitar que el olvido del pasado nos condene a revivirlo.